En la formulación de productos de cuidado personal —como cremas, geles, champús y lociones— el control del comportamiento reológico es esencial para garantizar una experiencia sensorial agradable, estabilidad durante el almacenamiento y facilidad de aplicación. Los modificadores reológicos permiten ajustar la viscosidad aparente, controlar la tixotropía y mejorar la textura del producto final.
¿Qué son los modificadores reológicos?
Son aditivos funcionales que modifican el perfil reológico de una formulación, es decir, cómo fluye y se comporta bajo diferentes condiciones de esfuerzo. En cosmética y cuidado personal, estos modificadores permiten lograr desde texturas ligeras hasta cremas densas y estables, sin comprometer la liberación de activos ni la estética del producto.
Tipos comunes en formulaciones cosméticas
Polímeros asociativos (HEUR, HASE, ASE): ideales para sistemas acuosos, ofrecen control de viscosidad y buena compatibilidad con surfactantes.
Modificadores celulósicos: como la hidroxietilcelulosa, aportan estabilidad y transparencia en geles y lociones.
Arcillas organofílicas: utilizadas para crear estructuras tixotrópicas en emulsiones y productos anhidros.
Beneficios clave en productos de cuidado personal
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Estabilidad en almacenamiento: previenen la separación de fases y sedimentación de activos.
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Mejora sensorial: permiten ajustar la sensación al tacto, desde sedosa hasta cremosa.
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Control de aplicación: facilitan la dosificación, evitan el goteo y mejoran la adherencia sobre la piel o el cabello.
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Compatibilidad con activos: permiten incorporar ingredientes funcionales sin comprometer la textura.
Aplicaciones típicas
- Cremas hidratantes y antiarrugas
- Geles de ducha y champús
- Protectores solares
- Sérums y tratamientos capilares
- Maquillaje líquido y bases